El Arte no reproduce lo invisible, lo hace visible. — Paul Klee
La arteterapia transdisciplinaria es un enfoque terapéutico que utiliza diversas formas de expresión artística, como la fotografía, la pintura, la música, la danza, combinadas con conocimientos de psicología, sociología y filosofía. Este enfoque busca promover el desarrollo personal y el bienestar, creando un espacio seguro donde las personas pueden explorar y expresar sus emociones a través de diferentes lenguajes artísticos. Aquí, la libre expresión, tanto verbal como no verbal, permite la integración de experiencias y la creación de nuevos recursos para afrontar dificultades.
La transdisciplinariedad en este contexto enriquece la experiencia, permitiendo conexiones únicas entre distintas formas de arte, como dar movimiento a una escultura o sonido a una pintura. Esta fusión expande las posibilidades de autoconocimiento y transformación, permitiendo que cada persona reconozca y reconstruya sus recursos internos. Así, el arte no solo se convierte en una herramienta de comunicación, sino también en un vehículo de sanación y crecimiento, ayudando a reconectar con la creatividad innata y con el sentido de identidad.
Propongo guiarte en tu propio proceso, dándote un papel activo en la construcción de tu bienestar y en la toma de conciencia de tu potencial creativo.
Un Viaje a la Belleza de la Existencia
Nuestra travesía comienza con la vivencia estética, donde cada sentido se convierte en un canal para explorar y conectar con emociones profundas. A través de diversas disciplinas artísticas, creamos un espacio donde el arte despierta un renovado sentido de asombro y curiosidad. Cada obra se convierte en un puente hacia lo bello, recordándonos que la estética se siente y vive.
En nuestras sesiones, el proceso creativo es central y se fundamenta en el concepto de poiesis. Este término se refiere a la capacidad de dar forma a lo invisible: transformar emociones, pensamientos y experiencias en una obra artística. A través de la poiesis, no solo creamos arte, sino que también exploramos y expresamos nuestro mundo interno. Este intercambio con la obra se convierte en un recurso vital, permitiendo que la imaginación y el inconsciente fluyan libremente. En lugar de enfocarnos únicamente en el resultado estético, valoramos el diálogo que surge con la obra, ayudándote a descubrir nuevas formas de pensar y sentir, y a expresar lo que realmente experimentas. Este diálogo no se trata de interpretación, sino de la resonancia que tiene en ti, ayudándote a expresar lo que experimentas.
En el corazón de nuestra práctica está la fenomenología existencial, que nos invita a habitar plenamente el presente. Aquí, cada instante se convierte en una oportunidad de descubrimiento. Al conectar con nuestro cuerpo, no solo tomamos conciencia de nuestras sensaciones físicas, sino que también abrimos un canal hacia una comprensión más profunda de nosotros mismos.
Siguiendo la sabiduría de Suely Rolnik, entendemos el cuerpo no solo como un ente físico, sino como un receptor vibrante, sintonizado con las fuerzas del mundo que nos rodea. Esta escucha nos permite percibir y reconocer las emociones que surgen en nosotros, dándonos acceso a un lenguaje que trasciende las palabras.
En nuestras sesiones, la escucha sensible se traduce en la creación de un espacio donde cada emoción es acogida y valorada. Nos permite explorar lo que está presente en el momento, desde la alegría y la sorpresa hasta la tristeza y la frustración. Al escuchar con apertura, podemos desentrañar las capas de significado que rodean nuestras experiencias y comprender cómo estas influyen en nuestra vida cotidiana.
La escucha sensible, por lo tanto, no es solo un acto de recibir, sino también un proceso activo de interacción. Nos invita a dialogar con nuestras emociones y a permitir que se expresen de maneras diversas, ya sea a través del arte, la palabra o el movimiento. En este espacio de diálogo, la creatividad florece y se abre la puerta a nuevas posibilidades de sanación y transformación.
La creación de un vínculo saludable es esencial en este proceso. La empatía establece un puente de confianza y seguridad, donde el crecimiento personal puede florecer. Irvin Yalom, referencia internacional de la terapia existencial, dice que es el vínculo que cura.
También, la ternura se manifiesta como un acto de valentía, creando un espacio seguro donde es seguro ser uno mismo.
En este espacio de calma, te ofrezco la oportunidad de escuchar tu voz interna que a menudo se ahoga en el ruido del día a día. Aquí, el silencio no es vacío; es un terreno fértil donde pueden germinar nuevas comprensiones.
El arte es nuestra base de trabajo y su inmensa virtud, propuesta en un espacio de libertad, nos abre la puerta a la transformación. En palabras de Stephen Levine, «cada disciplina artística logra sus objetivos al transformar la experiencia sensorial en imaginación.» La capacidad del cuerpo para expresarse y el potencial de la imaginación son fundamentales en este proceso.
Si sientes que este camino resuena contigo, te invito a ponerte en contacto y explorar juntos el poder transformador del arte y descubriremos nuevas formas de acompañar tu proceso de vida a través de la arteterapia transdisciplinaria.
